sábado, 13 de febrero de 2016

Aviones

Ya nadie despide a los aviones. 
Los adultos son demasiado adultos, 
y enseñan a los niños a crecer, 
a trabajar, 
y a dejar de creer. 
A aprender.
Aprender que el avión vuela demasiado alto. 
Aprender que nadie los verá.
Que nadie de dentro de ese avión les escuchará.
Que los de fuera, tampoco lo harán.
Quizá la lección es inversa y debamos desaprender.
Entender que un gesto cambia mucho, 
sino dentro del avión, 
sí que lo hace dentro del propio ser.
Entender que las cosas no se hacen con un sentido.
Que el pragmatismo es una idea loca que nos han metido
ya que el ser humano es antipragmático de por sí 
y sí, nos han mentido.
Que los protocolos,
el hacer creer algo que no es, 
el guión en las conversaciones, 
el querer parecer, 
son todo pamplinas de una raza 
que quiere ser justo lo que no puede ser.
¿Dónde están los deseos, 
las ganas de revolución, 
romper con lo establecido, 
hacer lo que nos venga en gana, 
sólo y solo sólo si tenemos ganas, 
el no sentirnos culpables si la hemos cagado, 
el ser sincero dentro y fuera de la boca, 
el desplomarse cuando lo necesitamos, 
el dejar de intentar parecer una roca?
¿DÓNDE?
...quizás están tan lejos como ese avión, 
y lo único que podemos hacer es despedirnos de él.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Vive.

Inspira.
Espira.
Respira.
Respira hondo.
Cálmate. Continúa. Atiende. Sonríe. Sígueme. Más lento. Más rápido. Muévete despacio. Corre. Cuida tus espaldas. No mires atrás. Sigue recto. Para. Descansa y párate. Repón fuerzas. Cáete. Levántate. Grita. Sé educado. Miente. Divierte. Sé serio. Sé sincero. Sé sincero contigo. Mira por ti. Tus amigos lo son todo. La familia es lo primero. No te fíes de nadie. Ama. Ama con locura. No pierdas la cabeza. Mantente cuerdo. Sé honesto. Aumenta tu autoestima, tu ego. Quiérete. Ámate. Déjate llevar. Vive sano. Emborráchate. Haz deporte. Céntrate en tus estudios. Estudia algo de provecho. Trabaja. Cotiza. Sé libre. Ve a donde quieras. Paga primero. Ten un hobby. Marca objetivos. Intenta cumplirlos sabiendo que fracasarás. Cuida la naturaleza. Consume. Sé humilde. Consigue mucho dinero. No dependas de nadie. Cásate. Ten hijos. Vuela. Manda todo a la mierda. Vive sin ataduras. Paga la luz, tu techo, tu existencia. Sé especial, como una persona normal. Cambia. No cambies nunca. Sigue consejos si quieres llegar a viejo. No aceptes que nadie te diga lo que tengas que hacer. Sigue las normas. Haz lo que creas. No decaigas. No te canses. Sigue. Sigue más rápido. Tómate tu tiempo. Vive tu vida. Hazme caso. Vive. Vive mucho. Pero vive tranquilo. Sobrevive. Sin prisas. Sin pausas. Sin descanso. 
Respira.
Respira hondo.
Inspira.
Espira.
Expira.


lunes, 27 de julio de 2015

Yo soy el tiempo

A veces de mis yemas salen llamas.
A veces de mi tristeza salen aguas.
A veces de mi cráneo salen chispas.
A veces de mi boca salen moscas.
Otras veces, cierro el puño, los párpados, 
mi mente y mi boca, pero no respiro.
No respiro mi ira, mis lágrimas, 
mis ideas y mis palabras. 
No respiro mi sentir, mi pesar, 
el peso de mis sentimientos, 
de mis pensamientos. 
A veces pienso que no siento y 
a veces siento que sólo pienso cuando siento.
Pero otras me callo en silencio y 
caigo al suelo, pero sin tocarlo, 
en un abismo de idas y venidas de la nada, 
en las andanzas vagas de ideas poco férreas 
aferradas a ellas mismas. 
Y cuando por fin quiera caer, 
será demasiado tarde, 
y el mundo que creo que creé, 
o que me creó 
o que creyó crearme
o que me creyó,
 cambiará por completo, 
irreconocible.
Despierto. 
Todo ha pasado en un instante fuera del tiempo. 
Fuera del tiempo que nos ata,
nos arrastra, nos empuja, nos succiona. 
Nos mata.
Entonces el tiempo existe y se transforma en mí, en mi puño, 
en mis párpados, en mi cráneo, en mí boca. 
Soy yo. Yo soy el tiempo. 
Te ato a mis ideas, te arrastro a mi abismo , 
te empujo a la nada, te succiono desde el suelo. 
Te mato, poco a poco, centímetro a centímetro, 
aplastando tu corazón contra tu alma 
o contra tu pecho 
o contra la nada, con mis muñones transparentes, efímeros;
soltando insultos de bar, de medianoche;
caricias de plenilunio, en el coche;
eclipses con ojos de terror,
y éste poema, sin dedos, mirando un reloj.


viernes, 9 de enero de 2015

Sólo escribo solo.

     Sólo escribo solo. Solamente por ahogarme al desahogarme. Sufro de inquietudes, de fobias que son miedos inquietantes. 
     Una vez más vine a exponerme, mientras me escondo entre las arrugas de las sábanas y las contradicciones que acarrea respirar y escribir. 
     Hoy el dolor de cabeza me ha acompañado durante todo el día, pero al acostarme no he pensado en calmarlo, sino en contarlo, aquí, a ti, a nadie. Soy esclavo porque uso mi libertad para hacer lo que hago, en vez de hacer otra cosa. Uso mi tiempo de vida para decir cosas inútiles, aquí, a ti, a nadie. 
     Porque nadie me lee, simplemente se lee, se entiende, se habla, se piensa, se reflexiona, se actúa, se olvida... y se muere. Se acaba. Porque aunque ésto se pierda en el tiempo y espacio, mientras lo lees, eres mío, eres un súbdito de un loco que en vez de afrontar su realidad se divierte mientras ingenuos como tú le buscan la lógica a lo que digo. No entiendas mal, me gusta la compañía... pero sólo escribo solo.


domingo, 28 de diciembre de 2014

Perfecto

     Busco la perfección. Busco las palabras que dichas en el orden correcto formen la verdad absoluta que gira en torno a mi vida, o a la vida en general.
     Quizá ya lo he hecho... "Busco la perfección". No hay manera más perfecta de demostrar inocencia e ignorancia al mismo tiempo. "Busco la perfección"... ¿acaso se puede buscar algo intangible? O peor aún, ¿algo desconocido?
     Busco la perfección para llegar lo más lejos posible en esta vida, pero, ¿quién decide qué es lejos y qué es cerca? ¿Quién decide sino yo, lo que es perfecto?
Busco la perfección en cada cosa que hago, en cada cosa que digo. Una frase mal enviada y se generará el caos, pero admito que soy imperfecto... No soy perfecto, ¿verdad? Me canso, necesito respirar, alimentarme, dormir, cometo errores, y un largo etcétera. 
     Pero, por otro lado, ¿qué hay más perfecto que el ser humano? ¿Qué hay más perfecto que yo, que me sé humano pensante? Quizá sólo exista yo en este mundo: Una mente imperfecta en un mundo imperfecto perfectamente construidos.


domingo, 14 de diciembre de 2014

Busco la calma


Puede que llegue tarde a mi cita conmigo mismo. Los problemas de la mente, dicen, que es lo que tiene el cinismo. A veces se me olvida ir a comprar el pan, otras apagar la alarma, a veces despertar. Quizá algún día me acuerde de por qué escribo, si siempre me han aconsejado que no deje que las voces manejen los estribos. Hoy no los encuentro, creo que los he perdido, por eso sigo.

No recuerdo por qué empecé este texto, no recuerdo cuándo empecé a escribir, cuándo me sumergí en este eviterno de flujo de emociones, de ideas, de canciones de sirenas.

Sólo dejo que fluya, recuerdo el canto de una nana, me olvido del tiempo que pasa desde que una herida duele, hasta que sana. La lluvia me repele, me hallo ahora en la cama, tumbado, pensando mientras me arrugo, me salen canas y, según algunos, maduro. 
La vida suele ser una vez Príncipe, seis veces Rana. No me asusta pensar, me asusta el no hacerlo, el no tener remedio, busco la calma...
...y sólo en la noche la encuentro dentro.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Amores que matan

Como un hilo corriente y sin importancia entre la multitud del gentío, anónima y única a la vez.
Como el tacto, muestra un exterior áspero, con una actitud férrea y solemne.
Dicen de ella que es muy seria, pero ella ha bailado para mí, moviéndose de manera pomposa al ritmo de los grillos nocturnos.
Siempre se portó muy bien conmigo, a pesar de haber sido tan egoísta con ella. Sólo la llamaba en mis días malos, y siempre estaba ahí, esperando en mi sótano. Era en esos momentos cuando mis manos temblorosas la buscaban, nerviosas e impacientes.
Era en esos momentos en los que no podía más cuando ella me animaba, alzando mi cuerpo y mi ánimo, llenando mis pulmones y alzando mi barbilla. Nunca me falló.
Solía quedar con ella a menudo. Una vez, estuve meses sin ir a visitarla, y estaba que se subía por las paredes, pero en el fondo sabía que me gustaba verla, a pesar de ser un amor insano.
Por mucho que me engañara a mí mismo, en el fondo sabía que quería conocerla más, pues cada vez que hablábamos yo acababa con un nudo en la garganta. Sabía que quería enrollarme con ella. Sabía que quería acariciar cada centímetro de su anciana piel. Ella me contaba cómo era el mundo en realidad. Ella me ofrecía el perdón divino. Ella me libraba de mis pesadillas, de mis miedos. Ella me hacía volar como nadie nunca lo había hecho. Me hacía sentir pleno. Me hacía sentir vivo... y muerto a la vez.
Te echo de menos. Siento haberte dejado allí colgada, mientras sujetabas por mi cuello mi cuerpo inerte.
Bread 2